Las cirugías plásticas son, en su mayoría, procedimientos que provocan cambios en el contorno corporal del paciente, ya sea por remodelación, reducción o aumento de alguna parte del cuerpo.

En este sentido, el cuidado postoperatorio es de fundamental importancia para la recuperación de los tejidos que han sufrido estos cambios, con el fin de brindarles las mejores condiciones para que cicatricen y se adapten de la mejor manera posible.

En este escenario, el uso de faja modeladora -también llamada faja de compresión o prenda de compresión- juega un papel importante en el postoperatorio de muchas cirugías plásticas, auxiliando en la correcta recuperación del paciente y contribuyendo a garantizar la calidad de los resultados de la intervención.

¿Cuál es la importancia de usar la faja colombiana?

Las fajas de compresión aportan firmeza y ayudan a controlar el edema postoperatorio, evitando la formación de seromas (acumulación de agua debajo de la piel) y fibrosis, además de prevenir la hinchazón excesiva y contener la aparición de hematomas.

Además, en cirugías en las que se desplaza la piel sobre una zona muy grande del cuerpo, como liposucción y abdominoplastias, la compresión que ejercen las fajas es fundamental para una mejor acomodación de los tejidos afectados por la operación.

La ropa de compresión también ayuda a proteger la región donde se realizó la cirugía, ya que limita la movilidad de la persona y la ayuda a mantener la postura más adecuada para su recuperación.

Además, también otorga más seguridad al paciente, ya que brinda protección contra pequeños impactos que pueden ser muy dolorosos, especialmente en los primeros días posteriores a la cirugía.

¿Cuál es el uso correcto de las fajas?

La faja colombiana ejerce una presión constante y constante sobre el área operada, evitando el sangrado y el desplazamiento de la piel. Esto también ayuda a fortalecer los músculos y fijar la piel, además de promover una mejor cicatrización y ayudar a remodelar la región afectada.

En este sentido, es fundamental que ejerza la presión correcta sobre la región intervenida. Por lo tanto, debe ser firme, pero no demasiado apretado.

Las fajas colombianas demasiado apretadas o del tamaño incorrecto pueden afectar la circulación sanguínea, lo que provoca isquemia y compromete el período postoperatorio. Además, como debe usarse durante todo el día, una faja apretada también puede dañar la piel e incluso dificultar la respiración del paciente.

Por otro lado, como el espacio debajo de la piel operada tiende a llenarse de fluidos corporales, una faja demasiado floja puede causar un edema que perjudique la cicatrización y la fijación de la piel en su nueva posición, lo que puede causar flacidez y comprometer los resultados de la la cirugía la cirugía.

También cabe mencionar que el no uso o uso inadecuado de prendas de compresión puede contribuir a la formación de seromas, hematomas, fibrosis e incluso necrosis cutánea.

Por eso, al colocarte la faja colombiana, debes asegurarte de que no haya pliegues en la piel. Con la compresión que ejerce la ropa, estos pliegues pueden interrumpir la circulación de cierta zona del cuerpo y provocar marcas permanentes en la zona intervenida.

Finalmente, es importante que la faja colombiana de compresión se reajuste a medida que disminuye la hinchazón. En general, después de 2 a 3 semanas de la cirugía, se recomienda comenzar a hacer ajustes graduales.

¿Cuánto tiempo necesitas para usar la faja colombiana?

El tiempo de uso de las fajas colombianas postquirúrgica varía de paciente a paciente. Corresponde al cirujano indicar el período más adecuado según cada caso.

Sin embargo, en general, se recomienda el uso de prendas de compresión durante al menos 30 días después de la operación. No obstante, dependiendo de la complejidad de la intervención y de la evolución de la recuperación del paciente, este tiempo puede superar los 90 días.

En cuanto al uso diario, la faja debe usarse las 23 horas del día, retirándose únicamente para bañarse y lavarse. Por ello, es fundamental que, ante todo, el modelo elegido sea cómodo para el paciente.

¿Cuál es el mejor modelo de faja colombiana?

El material y el modelo de la faja también contribuyen a la calidad de la recuperación y los resultados de la operación.

Para estar muchas horas en contacto directo con la piel, lo ideal es que esté confeccionado con tejido transpirable y antimicrobiano. En este sentido, existen varios modelos disponibles en el mercado, pero los más recomendables son los fabricados en elastano, microfibra o powernet.

Cabe señalar que estos materiales requieren un cuidado especial a la hora de lavarlos, ya que no se pueden torcer ni meter en la máquina. Para aumentar su vida útil, prefiera lavarlos en días secos y soleados, dejándolos secar naturalmente al aire libre.

En cuanto al modelo más adecuado, las fajas colombianas de cierre suelen ser las más indicadas, ya que son más prácticas y fáciles de llevar. Además, estos modelos permiten un calce más fácil y cómodo.

No obstante, se recomienda que la colocación de la pieza y los ajustes necesarios se realicen con la ayuda de terceros, evitando dolores y molestias.

El uso de la faja colombiana solo ya ayuda a obtener excelentes resultados en la recuperación. Sin embargo, asociar este uso a la práctica regular de ejercicios físicos (solo los autorizados por el cirujano), una dieta equilibrada y sesiones de drenaje linfático ayudan a potenciar los resultados de la cirugía y aseguran un postoperatorio de mejor calidad.

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